El proceso de dar a luz es una experiencia única en la vida de una mujer. Sin embargo, es necesario saber que existen diferentes tipos de parto, cada uno de ellos con sus propias características y consideraciones a tener en cuenta para que todo vaya según lo deseado.
El parto vaginal es el método de dar a luz más común y se caracteriza por el nacimiento del bebé a través del canal de parto. Durante esta fase, el cuello uterino se dilata gradualmente para permitir que el bebé pase a través de la vagina. La mayoría de las mujeres experimentan contracciones regulares y progresivas que ayudan a empujar al bebé hacia el mundo exterior. El parto vaginal puede ser una experiencia gratificante y suele estar asociado con una recuperación más rápida después del parto.
La duración de un parto vaginal puede variar de una mujer a otra. En promedio, el primer parto puede durar entre 12 y 18 horas, mientras que los partos posteriores tienden a ser más cortos, alrededor de 6 a 8 horas. Sin embargo, esto no puede aplicarse a todas las mujeres por igual, ya que cada caso es diferente.
La duración del parto está influenciada por varios factores, como la posición del bebé, la salud de la madre y la eficiencia de las contracciones uterinas.
En el Hospital La Zarzuela contamos con un equipo médico especializado con casi 20 años de experiencia trabajando juntos. Atendemos un gran número de partos al año, y al ser un hospital de tercer nivel, estamos preparados para atender casos de alta complejidad. Contamos con un equipo multidisciplinar que incluye matronas y ginecólogos, neonatólogos, anestesistas e intensivistas presentes en hospital, y todos los especialistas médicos y pediátricos que pueden ser necesarios en la atención a madres y niños en casos de embarazos de alto y bajo riesgo.
Sí, es posible tener un parto vaginal natural después de haber tenido una cesárea previa, esto se conoce como un parto vaginal después de cesárea (VBAC por sus siglas en inglés).
Sin embargo, no todas las mujeres son candidatas para un VBAC, ya que existen ciertos riesgos y consideraciones médicas que deben tenerse en cuenta. La decisión de optar por un VBAC debe ser discutida en detalle con los profesionales de la salud a la hora de dar a luz en el Hospital La Zarzuela, y dependerá de la situación individual de cada mujer, y también de sus preferencias.
En cuanto a si es mejor la cesárea o el parto natural, se considera que el parto vaginal es preferible por sus ventajas tanto para la madre como para el bebé, pero en ciertas situaciones médicas una cesárea puede ser la opción más segura para ambos.
Los partos por cesárea son un procedimiento quirúrgico que implica la extracción del bebé a través de una incisión en el abdomen y el útero. Ahora bien, no hay una sola respuesta a la pregunta cómo es una cesárea, ya que existen distintas opciones a la hora de realizar esta intervención en función de las características de cada parto.
Una pregunta común que las mujeres embarazadas suelen hacerse sobre las diferencias entre parto vaginal y cesárea es qué duele más, y la respuesta a esta pregunta puede variar según la percepción de cada mujer y su experiencia personal.
La duración de una cesárea generalmente es más corta que la de un parto vaginal. Por lo general, una cesárea puede llevar de 30 minutos a una hora desde el momento en que se realiza la incisión hasta que se extrae al bebé y se cierra la incisión uterina y abdominal. Sin embargo, este tiempo puede variar en función de la complejidad de cada caso.
Una cesárea programada es aquella que se programa con anticipación antes de que comience el trabajo de parto o en una fecha específica. Se realiza por diversas razones, como prevención de posibles complicaciones médicas, presentación anormal del feto o elección personal de la madre.
¿A partir de qué semana se puede programar una cesárea? Por lo general, es posible programar una cesárea a partir de la semana 39 de gestación, aunque esta fecha puede ajustarse según la situación médica de la madre y el bebé.
La cesárea intraparto se realiza después de que el trabajo de parto ha comenzado, pero éste no progresa adecuadamente o surgen complicaciones que requieren una cesárea. Se considera una cesárea de emergencia y se realiza para garantizar la seguridad de la madre y el bebé.
El parto natural es aquel en el que no se recurre a ningún tipo de medicación para dar a luz. Consiste en dejar hacer a la naturaleza, sin que medie apenas tecnología ni medicación, recibiendo escasa o nula atención médica artificial, y permitiendo que sea la mujer la que conduzca el proceso del trabajo de parto y el alumbramiento, de la forma que le resulte más cómoda.
En la actualidad existe en algunos ambientes, el llamado “parto natural en clínica”, asistido por personal sanitario, en el que en todo momento se intenta preservar la naturalidad del acto de dar a luz. No se administran fármacos, no se aplican sedantes y se deja a la parturienta moverse libremente.
Muchas mujeres con embarazos de bajo riesgo eligen el camino natural para evitar las complicaciones que pueden generar los medicamentos en ellas o sus bebés, por ejemplo, bajar la presión arterial, reducir o aumentar el ritmo de las contracciones, provocar náuseas y generar sensación de confusión y falta de control.
En este tipo de parto no siempre se cumplen las normas de higiene y en ocasiones se descuida la vigilancia del bebé durante el parto.
Para compensar estas deficiencias surgió el llamado “parto humanizado o parto respetado”, que comparte su filosofía con el “parto natural”, pero intenta eliminar algunos de sus inconvenientes.
¿Qué es un parto respetado? Este enfoque busca proporcionar un entorno de atención al parto que priorice el respeto por los deseos y necesidades de la madre durante el proceso de dar a luz. Su objetivo es centrarse en empoderar a la mujer embarazada y que se sienta escuchada y apoyada en cada etapa del parto, pero garantizando el control del bienestar del bebé durante el parto, y ofreciendo métodos de alivio del dolor.
Características principales del parto respetado:
El parto respetado, por tanto, promueve una experiencia de parto positiva y empoderadora. A menudo se asocia con el parto vaginal natural, ya que ambos enfoques buscan minimizar las intervenciones médicas innecesarias. A diferencia de la cesárea, que es una cirugía programada o de emergencia, el parto respetado se centra en permitir que el proceso de parto se desarrolle de manera natural siempre que sea seguro para la madre y el bebé.
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