La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa que puede ser contraída por cualquier tipo de persona y que puede ser asintomática o no ocasionar demasiados problemas de salud. Sin embargo, contraer toxoplasmosis en el embarazo puede ocasionar serios daños al bebé, por lo que las futuras madres deben extremar la precaución para mantenerse a salvo de esta amenaza.
Por lo general, a no ser que esté debilitado, el sistema inmunitario de cualquier persona se basta para combatir este tipo de agresión externa provocada por el parásito Toxoplasma gondii.
Sin embargo, para un feto, la transferencia de la toxoplasmosis a través de su madre puede suponer el desarrollo de hidrocefalia, daños en los tejidos biológicos del cerebro, afectar de forma negativa a su sentido de la vista en el futuro o incluso llegar a provocar un aborto espontáneo.
El principal motivo de contagio de la toxoplasmosis en el embarazo es ingerir alimentos poco cocinados, como pueden ser la carne o el pescado. De hecho, este riesgo es el que lleva a los especialistas en Obstetricia a recomendar a todas las mujeres embarazadas que se aseguren de comer todos los alimentos bien cocinados y evitar embutidos curados. En el caso de las frutas y verduras, lavarlas muy bien.
Ahora bien, esta no es la única causa de toxoplasmosis, una infección que puede contraerse aunque se extremen las precauciones con los alimentos. Por eso es aconsejable mantener la vigilancia también en estos otros ámbitos:
Los perros también pueden sufrir este tipo de infección, sobre todo cuando son cachorros, pero lo cierto es que es en los gatos en los que más casos se registran con diferencia.
Aunque por lo dicho hasta ahora pueda parecer que la toxoplasmosis es una gran amenaza durante el embarazo, no hay que olvidar que únicamente lo es si llega a contraerse la infección. Por fortuna, la posibilidad de contagiarse de toxoplasmosis durante el embarazo es muy baja (2/1000) si se toman las precauciones adecuadas.
Es decir, se trata de un tipo de infección que resulta sencilla de evitar siguiendo unas rutinas de alimentación e higiene adecuadas. Aun así, en caso de contraer toxoplasmosis durante el embarazo, es importante actuar con rapidez para evitar la transmisión congénita cuya incidencia en Europa 1-10/10.000 nacidos.
La probabilidad de transmisión y la gravedad de las consecuencias para el feto dependen del trimestre en el que la madre se haya infectado: cuanto más avanzado esté el embarazo en el momento de la infección, mayor es la probabilidad de transmisión al bebé, aunque los efectos son más graves si la infección se da en los primeros meses de gestación.
En caso de terminar dándose dicha transmisión, es posible que las consecuencias puedan no ser evidentes al nacer, sino que se manifiesten más adelante, como problemas de audición, visión o aprendizaje durante la etapa infantil.
Es por lo que el seguimiento del embarazo de una futura madre con toxoplasmosis debe incluir una serie de pruebas diagnósticas que permitan evaluar la posible infección fetal, entre las están los análisis de sangre especializados y, en ciertos casos, procedimientos como la amniocentesis, que permite detectar la presencia del parásito en el líquido amniótico.
Ante esto, es imprescindible contar con un equipo médico como el del Hospital La Zarzuela de Madrid, capaz de dar un diagnóstico preciso y de hacer un seguimiento riguroso durante un embarazo con toxoplasmosis para garantizar los mejores resultados de salud tanto para la madre como para el bebé.
La toxoplasmosis es un problema de salud que puede presentarse de forma asintomática, sin provocar síntoma alguno que delate que el parásito está en el interior del cuerpo de la mujer embarazada. Este tipo de casos solo pueden ser detectados en los exámenes médicos programados durante el embarazo, momento a partir del que el equipo médico debe extremar la vigilancia y aplicar el tratamiento más oportuno en cada caso.
Sin embargo, otras mujeres sí que pueden detectar síntomas de toxoplasmosis que, por lo general, podrían corresponderse con los de una gripe:
Como ves, algunos de estos síntomas podrían corresponderse con un proceso gripal estándar, por lo que es necesario prestar atención a los detalles. Si detectas algún tipo de anomalía, no dudes en acudir a nuestro servicio de urgencias para que podamos determinar si sufres de toxoplasmosis y cómo abordar este contratiempo de salud para que os afecte lo mínimo posible tanto a tu hijo como a ti.
Existen tratamientos para la toxoplasmosis en mujeres embarazadas que pueden ayudar a luchar contra el parásito y bloquear su paso al feto, pero deben ser prescritos por un médico.
Además, en caso de haber contraído la enfermedad durante la gestación, el bebé necesitará un tratamiento individualizado durante 1 o 2 años con el objetivo de minimizar los riesgos de que manifieste síntomas más adelante.
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