En el Hospital La Zarzuela de Madrid contamos con un equipo médico de profesionales especialistas en tiroides. Consulta aquí el cuadro médico o pide cita.
La glándula tiroides tiene una importancia capital en el organismo humano, ya que influye sobre prácticamente todas las células del cuerpo y determina la velocidad del metabolismo. Es por ello que una afección en ella puede derivar en la necesidad de someterse a una operación de tiroides.
Existen distintas enfermedades que pueden llevar al endocrino a recomendar esta cirugía de tiroides y, a su vez, diferentes formas de afrontarla.
¿Qué es la glándula tiroides?
La tiroides es una glándula endocrina, lo que significa que en ella se producen hormonas que posteriormente son liberadas en el torrente sanguíneo para que viajen a todos los órganos y tejidos del cuerpo.
En el caso de la glándula tiroides, su objetivo es la producción de hormonas tiroideas. Dichas hormonas actúan sobre la práctica totalidad del organismo, influyendo sobre las células de forma determinante y marcando el ritmo del metabolismo de cada persona.
Si existe algún tipo de problema en la glándula tiroides, como una disminución o un aumento en la producción de hormonas, lo normal es que la hipófisis y el hipotálamo actúen para corregirla. Sin embargo, existen ciertas enfermedades que pueden alterar estos procedimientos y que pueden requerir una operación de tiroides.
La cirugía de tiroides, denominada tiroidectomía, consiste en la extirpación parcial o total de esta glándula. No siempre es necesario recurrir a la operación de tiroides, es el endocrino el que, tras someter a cada paciente a las pruebas diagnósticas adecuadas, debe determinar cuáles de ellos necesitan realmente una cirugía de tiroides como solución a sus afecciones.
Las enfermedades que pueden requerir de una operación de tiroides son las siguientes:
Ante la presencia de cualquiera de estas patologías es posible que el especialista considere oportuno llevar a cabo una operación de nódulos en tiroides o, como veremos en el siguiente apartado, una extirpación de la glándula tiroides al completo.
Existen distintas tipologías de cirugía de tiroides en función de las necesidades de cada paciente. Es por ello que no se puede definir de una única manera cómo es la operación de tiroides, aunque sí podemos dividir las distintas opciones en función de si es necesario extirpar la glándula tiroides al completo o solo en parte.
A la operación para quitar toda la tiroides se la denomina tiroidectomía total, y se utiliza en casos de cáncer de tiroides o en la extirpación de algunos nódulos tiroideos.
En caso de ser necesario practicar este tipo de operación de tiroides, el paciente recibirá un tratamiento farmacológico diario de por vida que sustituya artificialmente las funciones naturales de la glándula tiroides.
En determinados casos, es posible que el desarrollo de un cáncer de tiroides aconseje además practicar un vaciamiento ganglionar, que además de una tiroidectomía total incluye la extirpación de los ganglios circundantes.
En el caso de que no sea necesario extirpar la glándula tiroides completa, podemos encontrarnos ante distintas opciones de cirugía de tiroides:
El postoperatorio inmediato de la cirugía de tiroides se produce en el hospital, donde el paciente es monitorizado y los especialistas comprueban la evolución durante las primeras horas de la recuperación. Por norma general, el paciente podrá comenzar a ingerir alimento al poco tiempo de la intervención quirúrgica, pero esto dependerá de cada caso.
Los pacientes de operación de tiroides suelen poder marcharse a casa en torno a 24-48 horas después de la cirugía, cuando el equipo médico considera que los drenajes pueden ser retirados.
Tras la primera semana de reposo, es posible comenzar a recuperar la actividad diaria, aunque se recomiendan al menos dos semanas para afrontar la reincorporación al puesto de trabajo. En cualquier caso, la evolución y recomendaciones pertinentes dependerán de cada caso y solamente será el médico especialista el que definirá la mejor forma de afrontar la recuperación.
Los riesgos de la operación de tiroides no son frecuentes, pero hay que conocerlos para poder acudir con premura a la consulta del endocrino en caso de experimentar algunos de ellos:
En cuanto a los efectos secundarios de la cirugía de tiroides, pueden darse molestias al tragar y, en menor medida, cambios en la voz. La cirugía por un equipo experimentado reduce el riesgo de estas complicaciones.
Lo normal tras una operación de tiroides es necesitar en torno a una semana de reposo. A partir del décimo día pueden ir retomándose actividades cotidianas, y tras 15 días es posible reincorporarse a la actividad laboral. Sin embargo, los tiempos de recuperación pueden variar según la persona y circunstancias.
Además de seguir al pie de la letra todos los consejos del equipo de endocrinología en cuanto a medicación, cuidados de la herida y necesidad de acudir a las revisiones correspondientes, es necesario seguir una dieta apropiada y respetar los tiempos de recuperación.
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