ACTUALIDAD Y CONSEJOS DE SALUD
• También disminuye el bloqueo del aparato locomotor, con lo que la paciente puede seguir moviendo las piernas y participando activamente
• Evita los partos instrumentados, en los que se utilizan fórceps o ventosas
El Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela ha incorporado una nueva técnica para la analgesia obstétrica a través de epidural que mejora sustancialmente la satisfacción de la madre, reduce a la mitad el dolor percibido durante el parto y disminuye el consumo de anestésicos locales. Se trata del Programmed Intermitent Epidural Bolus (PIEB), que supone la culminación de las mejoras que la analgesia epidural ha venido experimentando en la última década, siempre buscando la mejor satisfacción y seguridad del paciente.
Dos tercios de las parturientas experimentan algún tipo de dolor durante el parto al no recibir la analgesia correcta. “Esto es hoy sencillamente inaceptable”, expone Nicolás Brogly, del Servicio de Anestesia de La Zarzuela. La buena noticia es que “ya es posible controlar el dolor mediante un nuevo protocolo de uso de la analgesia epidural, que sigue siendo la técnica de referencia para el parto, por su seguridad y funcionamiento y porque no tiene efectos directos sobre el feto”.
Los últimos avances científicos permiten que la analgesia se administre en función de la necesidad de cada parto y de la experiencia de cada paciente, aliviando el dolor, pero intentando a la vez evitar el bloqueo excesivo del aparato locomotor, con lo que se logra mantener la movilidad de las piernas y la participación activa en el nacimiento del bebé.
En efecto, en la última década se han conseguido mejoras importantes en la reducción de la morbimortalidad, en la seguridad de la técnica, en la disminución de los anestésicos locales y de los (pocos) efectos adversos que sucedían. Sin embargo, persiste la incidencia del conocido como dolor irruptivo, que aparece en el trabajo durante el parto, en un momento dado, pese a la analgesia suministrada.
“Hasta hace no mucho, había que esperar a que la paciente experimentara dolor para suministrar la analgesia. Posteriormente, comenzamos a usar la técnica PCEA (siglas en inglés para el término Anestesia epidural controlada por el paciente), que consiste en que la propia paciente se administra las dosis cuando percibe dolor, aunque no es fácil de aprender ni de usar correctamente”.
La gran novedad incorporada por La Zarzuela es el Programmed Intermitent Epidural Bolus (PIEB), que consiste en el uso de bolos (dosis de medicación administradas en períodos cortos de tiempo) epidurales programados intermitentemente. “Esto es lo último en anestesia epidural”, precisa Emilio Matute, jefe de servicio de Anestesia de La Zarzuela. “Hasta aquí estábamos combinando la técnica PCEA con una infusión continua de analgésico. Ahora, gracias a la técnica PIEB, la combinamos con la PCEA y nos olvidamos de la infusión continua”.
El avance de la tecnología permite espaciar el suministro del analgésico, ya sea mediante la dosis suministrada vía PIEB, ya sea por la que aplica directamente la paciente (PCEA). “No solo es más efectivo, sino también más seguro. Si no ha transcurrido un tiempo mínimo entre dosis de analgesia, no se administra. Acompasando los bolos evitamos la sobredosificación o los bloqueos motores demasiado altos”, añade el doctor Brogly.
La evidencia científica muestra que el dolor irruptivo aparece en un 33,5% de los casos con la técnica PCEA, mientras que aplicando la técnica PIEB solo se da en un 18%. Además, con la técnica PIEB, la participación de la paciente en el control de la analgesia también se reduce, de un 50,4% de los casos al 27%, con lo que la experiencia del parto es más satisfactoria y cómoda. La nueva técnica permite también una menor administración de anestésicos locales a lo largo de todo el trabajo del parto, ya que se consigue alargar y cubrir más espacio analgésico con la misma dosis. Finalmente, el bloqueo motor de las pacientes cae al 1%, desde más de un 6%, en los casos con técnica PIEB, así como los partos instrumentados (con fórceps y ventosas), del 11,6 al 6,3%, gracias a la mayor participación de la futura mamá en el proceso expulsivo del bebé.
Estas mejoras no solo son percibidas por pacientes y anestesistas. Los ginecólogos también saludan la aparición de la nueva técnica: “Cuanto más cómoda se sienta la paciente, menos partos instrumentales vamos a tener que afrontar”, sostiene Antonio Hernández, jefe de servicio de Ginecología de La Zarzuela. “Esta nueva técnica es especialmente interesante porque evita las dos principales quejas de las madres con respecto a la epidural: el excesivo bloqueo motor, que no les permitía casi moverse, y la insuficiente analgesia, lo que les provocaba una reiteración del dolor. Ahora esto ya no va a pasar”.
En realidad, la técnica PIEB forma parte de lo que el doctor Hernández denomina humanización de la asistencia al parto, un proceso en el que La Zarzuela viene trabajando desde hace años y al que ahora se suman los anestesistas: “La epidural hay que suministrarla cuando a la paciente se le hacen dolorosas las contracciones. Y somos nosotros –recalca el doctor Matute-, los anestesistas, los que debemos adaptarnos a ese momento del parto, no como pasaba antes, que se adaptaban las madres. Y adaptando también el uso de técnicas avanzadas como la PIEB”.
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